Sunday, November 2, 2008

Día de descanso

Era domingo, permanecieron en la cama más de lo habitual.

Paula le dió un beso, suavemente.

Frankie, no podía ser menos, se le tiró encima, bruscamente, era su forma de saludar por las mañanas. En realidad a toda hora. Era bastante torpe en sus numerosas muestras de cariño con Barragán.

Comprendido el claro mensaje, Barragán le dio un beso en la trompa y se dispuso a disfrutar de su baño. Un verdadero ritual.

Al cabo del mismo, bajaron a desayunar. Paula se había duchado previamente.

Jorge los esperaba en el salón, estaba hojeando los diarios del día.

El gerente del hotel se acercó a saludarlos y le entregó a Barragán una caja de FedEx.

La habían remitido de su oficina en Buenos Aires. Imaginó el contenido, lo estaba esperando ansioso.

Dos BlackBerry 9000 Bold, y dos iPhone 3G, los últimos modelos de ambas compañías.

Uno de los iPhone, poseía grabada en el perfil posterior una dedicatoria muy particular: "Para Frankie, especialmente" Firmado: Steve Jobs.

Si, el mísmisimo fundador y CEO de Apple, sin lugar a dudas una de las personalidades de la tecnología, dedicándole el equipo, un verdadero suceso en el mercado mundial, a Frankie.

Barragán le encendió el teléfono. Ya venía precargado de fábrica el iTunes con la música que le gustaba a Frankie. Steve nunca perdía un detalle.

Barragán le enseño como podía seleccionar los temas de sus artistas favoritos, simplemente presionando sobre la pantalla, con sensibilidad táctil.

Obviamente, Frankie no leía (por ahora), pero estaba acostumbrado a ver las cubiertas de los CDs, DVDs y discos de vinilo de Barragán. Sabía identificar muy bien los artistas de su preferencia.

El iPhone las traía cargadas. Steve lo había hecho, justamente para que Frankie tuviera la facilidad y la libertad de elegir sus temas. La gente de Shure le había hecho unos monitores, in-ear, a su medida.

Frankie, no lo podía creer. Estaba fascinado escuchando SU música. Empezó con Barry White y su Let The Music Play! Era muy gracioso verlo "bailando" en el medio del salón. El personal del hotel y los restantes huéspedes lo aplaudían de pie!

Era hora de ir finalizando con su "show". Irían a pasear por la ciudad. El tiempo continuaba lluvioso y el pronóstico anunciaba tormentas para el resto del día. Paula subió a vestir a Frankie adecuadamente. Odiaba mojarse.

Los miembros del cuerpo de seguridad trajeron la X6 a la puerta del hotel.

Paula y Frankie bajaron, ella con la típica campara Barbour verde y él con una capa Barbour azul.

Se subieron al auto. Barragán al volante, Paula de copiloto, Frankie y Jorge atrás. Obviamente Frankie sentado atrás de Barragán.

Apenas se subió, lanzó su aullido característico. Barragán lo comprendió de inmediato. Arrancó a toda velocidad. Frankie le dio un beso a su Papuch en la oreja.

En un semáforo, empezó a ladrar. Nadie entendía que le pasaba, excepto Barragán. Quería que le encendieran el BlackBerry ahora. Seguramente quería llamar a alguno de sus dos hermanos, Flopy y Edu.

La gente de Research in Motion (RIM), la compañía canadiense, desarrolladora del BB, también había aportado lo suyo. Le habían adaptado el sistema de discado por voz. Según como Frankie ladrara se podía comunicar con alguno de sus contactos. Jorge, Paula, Flopy, Edu y obviamente su Papuch. Asimismo con servicios de emergencia, policía, bomberos y médicos.

Barragán nunca salía de su asombro. Era increible como todo el mundo trataba a Frankie.

La ciudad era realmente fantástica. Junto con París, NYC y Buenos Aires, sin lugar a dudas, era una de las capitales del mundo, aunque Barragán se consideraba "ciudadano del planeta" y se sentía muy a gusto en diversas localidades.

Almorzaron en una pequeña posada fuera de la ciudad, luego regresaron al centro, corrieron bajo la lluvia, visitaron Harrods (el personal de seguridad tenía órdenes expresas de franquearle la entrada a Frankie).

Volvieron al hotel por la noche. Continuaba la lluvia, mucho más copiosa que antes, incluso. Frankie le ladró a Barragán. Lo miró. Sus ojos lo decían todo, quería ir a caminar solo con su Papuch.

Barragán se disculpó con Paula y Jorge, pero no podía defraudarlo.

Ellos los miraron atentamente alejarse. Nadie podía dejar de envidiar semejante relación. Solo ellos dos, a nadie le estaba permitido entrometerse.

Frankie ladró y se comunicó por su BlackBerry con su hermano Edu. Al escuchar la voz, su felicidad era completa.

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