Paula se encontraba parada en la puerta del hotel. Su figura resultaba inconfundible, aún a pesar de la noche y la tormenta. Sus ojos brillaban en la oscuridad. Sus curvas, también.
Recibió a Barragán con un beso. Frankie enseguida comenzó a demandarle caricias. Era muy celoso.
Personal del hotel lo llevó a la suite, mientras Paula, Jorge y Barragán se dirigieron al Executive Lounge para cenar.
El BlackBerry vibró y luego sonó. El ringtone personalizado, "Volare", indicaba claramente de dónde venía la llamada. Bastaron unos pocos minutos. Le confirmaban el arribo mañana por la mañana de lo que tanto estaba esperando. Colgó y sonrió. Comenzaba a disfrutar!
Se sentaron a la mesa, entrada, melón con jamón italiano y luego un pollo a la parrilla con papas al horno, acompañado por gaseosas y la clásica San Pellegrino para Barragán.
Él y Jorge le comentaron a Paula sus visitas a Palacio y a Downing Street.
Ella por su parte, había aprovechado para recorrer la ciudad, y obviamente, como toda mujer, para hacer shopping.
Una ciudad como Londres, para una chica de 28 años, significaba cuasi el paraíso, a la hora de compras.
Barragán solicitó el café. Nespresso le había enviado el Goroka, el nuevo café de edición limitada, cultivado en Papua New Guinea. Era realmente bueno.
Subieron a las habitaciones, Barragán debía descansar, mañana saldría muy temprano a un pueblo cercano, tendría una nueva reunión con la Srta. K.
Cuando entraron con Paula a la habitación, la lluvia continuaba, los relámpagos iluminaban la misma y sobre la cama, una sombra conocida...
Frankie, no había podido resistir la tentación, y se había instalado muy cómodo en el medio de la misma.
Paula y Barragán se miraron de manera cómplice. El mensaje era muy claro. Frankie, seguro, no se pensaba mover. Apenas abrió los ojos.
Sunday, June 1, 2008
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