Barragán se dirigía muy velozmente hacia Downing Street, en el Nro. 10 se hallaba la residencia del Primer Ministro del Reino Unido.
Mientras conducía iba armando el rompecabezas. Existían muchas "piezas" involucradas.
Mucha gente se aproximaba al Príncipe, y todos ellos eran potenciales sospechosos.
Arribó a DS, le dió la llave de la X6 a uno de los miembros de los servicios de seguridad y saludó a los demás que estaban apostados en las proximidades de la puerta de entrada.
Gordon lo recibió en el hall y se dirigieron a su acostumbrada sala de reuniones. Mortimer, su fiel mayordomo, les ofreció algo para beber. Barragán optó por un agua Highlands, excelente producto de origen escocés.
Luego de los comentarios usuales, fueron directamente al grano. Gordon le entregó a Barragán un pen drive con información suministrada por los servicios de seguridad británicos.
Barragán, a su vez, lo actualizó respecto de sus investigaciones y de su reunión con la Srta. K. Era la persona más unida y próxima al Príncipe.
Le transfirieron una comunicación a Gordon. Era el Príncipe Carlos.
La tomó en el teléfono de conferencias Polycom, para que Barragán pudiera participar. Se notó un gran alivio en la voz de Carlos, al escuchar a Barragán.
Barragán observó su Rolex Daytona. Eran las 21 horas, debía ir a buscar a Frankie y a Jorge a Palacio.
Gordon ordenó que trajeran la X6 a la puerta. Se despidieron con un fuerte abrazo y acordaron comunicarse al otro día por la noche, o antes si fuera necesario. Los sistemas de comunicación de Barragán eran legendarios.
Barragán llegó a Palacio, le franquearon la entrada, iba acompañado por 8 motocicletas BMW de la New Scotland Yard.
La lluvia continuaba. Frankie y todos sus amigos estaban jugando en un patio techado, interno.
Jorge se encontraba en la biblioteca, en un sector especialmente reservado para bibliografía canina. La calidad de los ejemplares y la variedad de los mismos lo habían hipnotizado.
Cuando Frankie vió a Barragán se olvidó de sus juegos y salió corriendo a saludarlo. No se despegaría más de él.
Bajo la fuerte tormenta, subieron corriendo al automóvil. Jorge adelante y Frankie atrás.
Barragán encendió el motor y se escucharon los primeros acordes de September, por Earth, Wind & Fire.
El volumen alto, el clima festivo de la canción, pasear en la X6 con su dueño, creaban un paraíso para Frankie.
Una sonrisa, se le dibujó en la cara.
Barragán aceleró bruscamente, ya estaban en camino hacia el "41".
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